Crisis del sector eléctrico: cinco acciones imprescindibles

La ANDE declara que entre el 2010 y el 2015 sufrió un déficit acumulado de USD 1.500 millones. ¿Cómo llegó Paraguay a esta situación en el sector del país históricamente más solvente, rico, dinámico y previsible? Durante décadas, la ANDE fue considerada un caso de éxito regional: energía abundante, costos estables y una demanda que crecía sin poner en riesgo el sistema. Sin embargo, ese círculo virtuoso comenzó a deteriorarse lentamente por rezagos institucionales, por gestión gerencial operativa antes que planeamiento estratégico, no construcción de instituciones ni capacidades y la ausencia de reglas claras.
Hoy, la sostenibilidad del sector está comprometida. Para revertir esta trayectoria, se requieren cinco acciones imprescindibles.
Ing. Guillermo López Flores

Un reajuste tarifario regular, técnico y realista
Paraguay es el único país de Sudamérica donde la tarifa eléctrica no se actualiza automáticamente según inflación, dólar, combustibles o necesidades de inversión. Cada ajuste depende de decisiones políticas puntuales, no de criterios regulatorios objetivos.

En el periodo 2010-2025 estos índices variaron así:
• IPC (inflación): +70%,
• Salario mínimo: +90%,
• Pasaje urbano: +110%,
• Tipo de cambio ₲/USD: +60%,
• Tarifa eléctrica residencial: +10 a 15% (virtualmente congelada durante 15 años),

La depreciación del guaraní es crítica porque la ANDE compra en dólares:
• Energía de Itaipú y Yacyretá.
• Transformadores.
• Reconectadores.
• Cables de media tensión.
• Equipos de protección.
• Sistemas de medición.
• SCADA.
• Telecomunicaciones.

Por tanto, aunque Itaipú no suba, los ingresos de la ANDE en guaraníes cada vez cubren menos costos de la ANDE en dólares.

El mensaje es claro: Mientras todos los precios de la economía se ajustaron (salario, pasaje, insumos), la electricidad quedó congelada, generando un atraso tarifario estructural que ya no puede sostener inversiones ni calidad de servicio.

Esta falta de actualización creó un rezago tarifario estructural y se necesita una fórmula de ajuste transparente, predecible y sujeta a revisión técnica, no política.

Reducción real de las pérdidas de energía: el talón de Aquiles del sistema
La ANDE perdió en el 2024 un total de 6.933.583 MWh.
Su magnitud se entiende mejor en dinero:
• Pérdida financiera real (costo de adquisición ~20 USD/MWh): ≈ USD 138 millones.
• Pérdida económica para la sociedad (valor de venta 49,19 USD/MWh): ≈ USD 341 millones.

El sistema eléctrico paraguayo no será sostenible si continúa perdiendo una cuarta parte de la energía que compra.
El efectivo combate a las pérdidas requiere más que el Plan Maestro de Gestión y Control para Reducción de Pérdidas Eléctricas (2025–2034) de la ANDE. Además de las medidas y planes técnicos, hace falta un enfoque integral: gobernanza y marco jurídico, protocolos de aplicación (enforcement) operativos. Acuerdos firmados y en ejecución con Policía y Fiscalía, evidencias de procedimientos operativos y reportes de uso efectivo de la Ley 7300. Esta Ley aporta herramientas, pero sin enforcement institucional real la tecnología no basta.

Se requiere un acuerdo operativo ANDE–Municipios–Policía–Fiscalía, con metas anuales verificables.

Encomendar la expansión del sistema eléctrico al sector privado
En los países que resolvieron sus cuellos de botella (Chile, Brasil, Colombia), la expansión de generación y transmisión se financia mayoritariamente con capital privado bajo marcos regulatorios robustos.
Paraguay llegando al límite del endeudamiento prudente y con demandas sociales crecientes. Por lo tanto ya no puede cubrir con recursos fiscales ni con tarifa congelada obras de infraestructura como:
• Nuevas líneas.
• Refuerzos de transmisión.
• Expansión de distribución.
• Infraestructura para electromovilidad y digitalización.

Para encargar al sector privado mediante inversiones se necesitan tres condiciones:
1. Regulación independiente, competente y creíble. No como hoy en que la ANDE es juez y parte.
2. Tarifas que cubran costos reales, actualizadas regularmente.
3. Contratos de largo plazo con seguridad jurídica.

Sin esto, las APP eléctricas no despegarán.

Disciplina de pago y saneamiento interno
La sostenibilidad de la ANDE también exige ordenar su flujo de caja:
• El Estado no puede ser el mayor moroso. Cuando instituciones públicas acumulan deudas, la ANDE opera en déficit.
• Debe implementarse un protocolo de retención en origen para asegurar el pago automático.
• Se necesita una política firme de corte a grandes morosos privados.
• Las transferencias obligatorias al Tesoro deben revisarse: La ANDE no recibe subsidios explícitos y no puede sostener cargas impropias.

Mejorar la gestión interna y profesionalizar el sistema
El rezago no se explica sólo por precios congelados.
Hace falta:
• La ausencia de separación funcional y contable dentro de la ANDE es uno de los mayores obstáculos estructurales para establecer tarifas eficientes, transparentes y alineadas al costo real del servicio.
• Gestión estratégica basada en datos.
• Indicadores de desempeño.
• Modernización del gobierno corporativo.
• Planificación integrada de redes.
• Compras públicas ágiles y transparentes.

Ninguna empresa eléctrica moderna en el mundo opera sin una dirección técnica profesionalizada y sin un regulador especializado que vigile costos, pérdidas e inversiones.

Conclusión: el tiempo se acabó
El sistema eléctrico paraguayo no colapsa, pero está erosionado por 15 años de decisiones aplazadas.
Los cinco elementos expuestos —ajuste tarifario regulado, reducción de pérdidas, inversión privada, disciplina de pago y fortalecimiento institucional— no son opciones. Son las condiciones mínimas para recuperar el equilibrio del sector y garantizar energía confiable y accesible para los próximos 20 años.
La ventana de oportunidad aún existe. Pero se cerrará si no se actúa ahora.

Ing. Guillermo López Flores ANDE Crisis